La herida es para siempre.
Existirá un espacio en el que todavía no me conozcas
donde el dolor y lo roto sea ambiguo
un lugar no conocido donde la tristeza no me encoja el
corazón.
Porque todavía no entiendo por qué me dejaste caer,
porque por qué te fuiste cuando te lo pedí,
porque por qué no te quedaste cuando no necesitaba que lo hicieras,
ni cómo aquella mañana no pude darme cuenta de que ya
nunca estabas.
y aún así, abrazo lo inexplicable para notar tu indiferencia,
por lo menos.
Vivo en una canción horrible que no me deja dejar de
llorar,
una canción que siempre suena en mi cabeza y me golpea
los recuerdos y me retuerce hoy y me pellizca lo de ayer.
y todo lo que me hizo feliz se ha vuelto triste
y todo lo que fue amor ya no lo es.
y todo se ha vuelto de un dolor morado oscuro casi
negro muerte porque te has acabado
y todo se ha caído
y todo es inmenso,
menos yo.
Y he querido volver a soñar con colores profundos,
olores dorados, bailes tiernos, el vértigo de tu voz acariciándome la nuca.
Pero nadie sirve de nada porque te echo de menos como
si hubieses estado y después me hubieses abandonado y mordido los huesos y hubieses
dejado todo perdido de ti y me hubiese empapado de mi propia sangre.
Pero nunca estuviste.
Un dolor antiguo y egoísta vive instalado en mí o al revés; y tenía que decirte que desde que no estás hace frío en cualquier parte y en mi cuerpo habita la ausencia y no puedo dormir porque no puedo mirarte mientras lo haces tú.
A mí; que ya nada me recuerda a nadie, que no me sale
sonreír, que no tengo sueños despiertos, ni ganas de seguir… que todo me parece
una batalla y quererte una necesidad.
No me pidas que vuelva a hacerlo porque moriría
agarrada a tu piel sin pensármelo.
No me pidas que vuelva a quererte porque lo haré para
siempre aunque me duela.
Pídeme lo que quieras,
lo
que queda de mí ya no es mío.
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