Que te vayas, bonito.
He tenido una idea, como cada
mañana al despertarme;
me he peleado con el lunes, como cada
domingo;
he vuelto, como cada vez que me he
tenido que ir.
Y aquí estoy, recorriendo cada puto
centímetro de mi cama buscando un poco de tu saliva.
Me he encontrado a mí y he descubierto
que soy tan tuya que ya no me quedo.
Una canción muy hija de puta que no para
de hablar de ti,
un poco de semen de la última vez que te
corriste en mi boca
y un cúmulo de batallas perdidas.
‘Déjame tu corazón, que voy a tragármelo’
–me dijiste.
sin saber que después ibas a escupirlo.
Fui la del ‘fóllameparasiempre’ y no,
perdona, eso no es amor;
tonta,
que eres tonta.
Si mi cama te contase, yo no tendría que
escribir nada;
te recordaría cómo buscabas mi boca para
meterte dentro,
por qué te miraba mientras dormías
y cuándo empecé a quererte.
Todos los bolígrafos se han gastado,
las luces se han fundido
y mis lágrimas
no dejan de llorar.
‘Cuando una puerta se cierra, se abre
una ventana’
y yo solo pienso en tirarme por ella.
y yo solo pienso en tirarme por ella.
No dejo de repetirme que nunca supiste
que el puto mapa era el tesoro,
que tu polla se acuerda todos los días
de mí
y que yo cada día estoy más guapa desde
que me relamo para brillar.
Ya es navidad en mi habitación,
me he
hecho inmortal
y ahora voy a vomitar estas ganas para no tener más.
Espera… quédate ahí quieto:
voy a practicar el olvido;
ya no vuelvo.
"Me he encontrado a mí y he descubierto que soy tan tuya que ya no me quedo."
ResponderEliminarEse amargo sentimiento de saber que, junto con sus maletas, esa persona se llevó gran parte de ti.