Lista pero tonta.
'Por dentro todos somos mejores'.
Batania.
Un bote de nocilla, una playa nevada,
pasear en coche con la música alta y las ventanillas desnudas, tu tarta
favorita, el olor de las sábanas recién lavadas, el césped mojado, una copa –detrás
de otra-, las mariposas del estómago, un amanecer, una sorpresa, el sexo
inesperado, las ganas, la valentía, algunos besos, el tiempo libre, una mirada
llena de sonrisas, abrazos en medio de la nada, los golpes de suerte y ropa
interior en el suelo.
Una llamada inesperada, el chocolate, un
libro, una ducha caliente en pleno invierno sin mí, una canción que hable de
nada, la lluvia sin paraguas, las palomitas en el cine, las olas que te arrastran
a la orilla, un pecho descubierto de escudos, amigos que se quedan, el circo
que alegraba siempre el corazón, la risa imparable, las cartas en el buzón, el
sonido de una máquina de escribir, el primer beso, el guiso de tu madre, los
semáforos en verde, los helados, los columpios y las canicas.
Una hermana mayor, el deshielo,
escribir, los vestidos de flores, los conciertos, una tormenta de verano, la
siesta, una fotografía bonita, los regalos, un orgasmo –o dos-, apagar el despertador,
tu canción favorita en la radio, la ausencia de despedidas, los jarrones con
flores, la piel suave, mirarse al espejo –y encontrarse-, la cama deshecha,
dormir, cogerse de la mano, una caricia, el eco de la risa, deseos cumplidos,
la verdad y el silencio.
El amor.
El amor.
El amor.
El amor.
El amor.
El amor.
El amor.
El amor.
El amor.
El amor.
El amor real, sincero y peligroso.
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