Salvarse es otra forma de morir.













Quiero que me quieras.

Que me quieras hasta odiarme;
hasta que se te salten las lágrimas y que te duela tanto que creas que te has muerto.

Que me ames;
ámame como a todas pero más que a ninguna.

Ámame por encima de todo lo que nos pase,
y por debajo de las sábanas.

Ámame como si mañana no hubiera pasado y solo pudiéramos vivir el presente.

Ámame tanto que te queme la piel,
que te arda la garganta y tu estómago no pare de gritar mi nombre.

Quiéreme como si no me conocieras,
como si no supieras que tengo manías que te desquician,
como si por amarme se borraran toda la rabia y los celos.

Ámame porque sí,
porque el por qué no importa.

Protégeme de ti,
que yo no puedo; te quiero.

Ámame hasta hacernos inmortales y vamos a morirnos de amor.

Ámame.
más que menos;
mejor que peor.

Hazlo;
 y dispara contra todo pronóstico,
y prométeme que puedes amar a otras muchas;
pero no quieres,
porque me quieres.

Ámame y vete.
Vete a sabiendas de que te amo,
te amo por encima de mí,
y te amaría solo a ti si no fuera porque te amo más de lo que puedo.

Vete;
pero ámame tanto como para no querer irte.

Date cuenta de que has encontrado lo que amas y deja que te mate…


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