Prados de sonrisas.

Era el error más acertado que le había disparado en el pecho.
Sin compasión.
Con pasión.

Bostezaba y tenía el mundo a sus pies.

Las preposiciones cambian la vida.
Y él era el a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, son, sobre, tras, durante y mediante más bonito que le había acariciado la vida.

Se tocaban con los ojos,
se mordían con las manos.

y mientras él pasaba desapercibido a su lado,
bailándole por debajo de la falda,
rompiéndole las bragas con las agujas.

El amor se des-hacía solo a cada soplo de pestaña que silbaba.

Si la hacía reír,
le daba la vida.
Y ya era suya.


Le agarraba las noches, 
y le susurraba arañazos por las esquinas;
mientras el viento pasaba las páginas sin preguntar.

Se mataban a cosquillas 
por no morir de risa.

Se quemaban cada noche jugando con fuego.

No se les olvidaba ser felices,
no se les olvidaba morir cada día
de amor.

A esas alturas sólo les quedaba tirarse por el precipicio,



de la mano.





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