Cómo lo hacemos.
Entonces la suerte a veces se pone de nuestro lado, la mala digo.
Y te
caes por las escaleras.
Las
pompas que eran de jabón ahora son de humo.
“Porque sigo fumando, que de algo
hay que vivir.”
Con la
práctica llegas a la perfección. Y claro. Lo de caernos lo llevamos en las
venas,
asique ya nos levantamos con estilo.
Y con tacones, altos.
Muy altos.
La
putada de todo esto es que al final siempre acabamos contando-nos las penas,
que nos sobran.
Y que sí, mucho amor, muchos besos, y mucha teoría.
Pero
pocos hechos.
...
Yo,
personalmente, me llevo muy mal conmigo misma;
y muchas veces me peleo, me
grito, me araño y acabo a hostias,
liándome-los yo sola.
Yo no
sé, pero deberíamos contarnos historias para llorar
y beber tazas de café
medio llenas de vacío.
El
número 69, para mi, ya no es otra cosa que el que sigue al 68.
Porque bah, estoy repartida entre todos y ninguno.
“Que para resumir,
estoy jodida y radiante.”
Y yo eso de contarte los lunares ya no lo hago, no sé
si me explico.
Y me
falta la magia que a ti te sobra.
...
Ya no
me amargo entre las margaritas,ni las deshojo;
y como tú,cada
viernes y sábado, cierro los bares a los que ya no me dejan entrar.
Pero
qué te voy a contar que no sepas de mi, o de la vida.
Acabaremos
encontrándonos entre la primera calada y el último suspiro.
Mientras
nos rompemos entre nosotros y dejamos el corazón en penumbra.
A ella
“la da igual lo que la primavera haga con los cerezos, lo que quiere contigo es
follar”; y en cuánto a mi, sigo esperando ver esa primavera, y luego ya veremos.
Y al
final;
la vida te demostrará que es una zorra, pero
que tu eres más guapa.
Y que
si lloras, se te corre el rímel.
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