Homicidio voluntario.



Nos hemos levantado sin ganas
 y con la tristeza agarrada al cuello.
Nos hemos perdido encontrándonos en alguien.

Hemos mirado las flores;
las hemos deshojado.

Hemos frenado manos frías 
por estar demasiado calientes.

Hemos sonreído al camino, 
y al caminante.

Hemos hecho el amor mientras tropezábamos.

Hemos tocado lo imposible y sentido lo inexplicable.

Hemos huido juntos sin movernos del sitio.

Nos hemos jodido;
fuera y dentro de la cama.

Hemos querido por encima de todo
 y por debajo de nada.

Hemos tenido y no querido,
y hemos querido y no tenido.

Nos hemos roto y hemos roto.

Hemos crecido, sin llegar a nada.

Hemos caído sin saber volar.

Hemos sido unas zorras sin sentimientos,
pero con corazón.

Hemos parecido,
pero siendo.

Hemos acariciado ventanas cerrando puertas sin pomos.

Hemos vuelto sin habernos ido
y hemos ido sin querer estar.

Hemos sido música en primaveras heladas,
y vestidos de verano por encima de las rodillas.
Rotas.


Hemos sido víctimas de nuestro propio asesinato;
y nos hemos ahogado con nuestra propia  sangre

porque enamorarse es la muerte más dulce que existe,
y todos nos hemos suicidado alguna vez.



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